
El pasado 5 de noviembre se inauguró la exposición EL ENCIERRO DE LAS MARAVILLAS que he comisariado para el Centro de Arte Palacio Almudí, del Ayuntamiento de Murcia, atendiendo a una propuesta que debía desarrollarse en torno a la idea de tiempo suspendido.
La muestra recoge ocho proyectos fotográficos y uno videográfico que han sido realizados estrictamente durante el confinamiento (15 marzo – 21 junio 2020) por jóvenes creadores visuales murcianos, nacidos o residentes en la Región. Cada uno de ellos ha sido seleccionado, entre muchos otros, por representar de forma singular alguno de los procesos de creación específicos de la fotografía contemporánea y atender a una voluntad proyectual orientada a significar creación más allá de la pandemia. El objetivo de la misma es reunir y presentar ante el público a esta generación de jóvenes artistas y saber cómo se han enfrentado al hecho de crear bajo unas circunstancias insólitas y extraordinarias.
Dividida en dos bloques, la exposición se estructura atendiendo a un criterio básico: hubo captura fotográfica, propia e intencionada para desarrollar el proyecto, o no la hubo. En la primera parte, se recogen aquellos trabajos que construyeron su propia realidad mediante la elaboración de imágenes que podríamos considerar genéricamente como documentales, desde una perspectiva tradicional del medio, ya que todas ellas acontecieron de forma original delante de la cámara. Sin embargo, lo que ocurrió fue impulsado por sus autores desde una voluntad profundamente subjetiva e intimista –Andrea González-, desde la cual no vacilaron en dirigir a sus modelos –Matías Pérez de Juan-, construir escenarios y teatralizar escenas –Gema y Marina Carpio– o modificar digitalmente los elementos de la imagen que consideraron necesarios para alcanzar sus objetivos narrativos –Fátima Ruiz-.
En un segundo bloque se agrupan aquellos autores “posfotográficos” que renunciaron a generar sus propias fotografías y optaron por “una ecología de las imágenes”, que diría Susan Sontag. Reducir, reciclar, reutilizar. Para ello, recuperaron archivos propios y los modificaron e intervinieron gráficamente –Cleo Pan-; volvieron a editar su trabajo y lo resignificaron en un contexto utópico –Elena Sol-; fotomacrografiaron la pantalla de televisión para apropiarse, entre los fragmentos donde acontecía la actualidad informativa, de los vestigios de una fotografía callejera que ya no podía ser –David Salcedo– o hibridaron sus imágenes con las infinitas disponibles en la red, utilizando los algoritmos de búsqueda inversa de Google –Pascual Martínez y Vincent Sáez-.
Como epílogo de la misma, se presenta una pieza de video realizada por Selu Herráiz, que indaga en cuestiones esenciales respecto al ser durante el confinamiento inmerso en la naturaleza, usando una estrategia que combina el documental de ficción y la performance y según la cual el autor se convierte a su vez en protagonista de la narración visual mientras la actuación es registrada.
La exposición se acompaña de un precioso catálogo impreso, editado por el Ayuntamiento de Murcia y diseñado magistralmente por José Luis Montero, que también ha sido mi cómplice en el diseño expositivo, y una WEB creada por mí misma que contiene información adicional para la visita ya que la situación no permitía disponer de hojas de sala en la misma (y preferimos renunciar al protagonismo de las cartelas). A la web se accede por un QR a la entrada de la sala y está adaptada para su visualización en smarthphones. Ahí se puede encontrar, por orden de visita a la sala, los statements completos de los proyectos (en el catálogo se incluyen las versiones reducidas), textos y videos que reflexionan sobre los procesos creativos, elaborados por cada uno de los artistas, sus biografías y páginas webs así como el cartel de la exposición y el catálogo en formato pdf (descargable).

La exposición se podrá visitar hasta el 10 de enero de 2021 y si desean una visita guiada, me pueden escribir solicitándola.